No importa a la velocidad que pasen las cosas: cuando hay un gazapo en una película, se pilla a la primera
En 1985, un joven Graham Yost fue con su padre a ver El tren del infierno, una película con Jon Voight y Eric Roberts que originalmente quería dirigir Akira Kurosawa (de hecho, la historia es suya). En la película, dos reclusos se escapaban cogiendo un tren y poniéndolo a máxima velocidad, pero Yost entendió, de alguna manera, que había una bomba en el tren y no podía bajar de cierta velocidad o explotaría. Años después, se daría cuenta de que la idea quedaba mejor en un autobús y crearía el guion de -lo habéis adivinado- Speed.
El autobús que no podía ir más despacio
Speed podría haber sido un desastre inmenso porque ya desde su inicio nadie parecía confiar en ella. En Paramount, por ejemplo, decidieron pasar de ella porque no creían que nadie fuera a ver una película ambientada en un autobús. De hecho, en Fox pidieron más secuencias de acción dentro del mismo, creyendo que la historia estaba bien, pero necesitaban más distracciones para que el público pudiera distraerse.
Menos mal que no se distrajeron demasiado, o se podrían haber dado cuenta de un gazapo como la copa de un pino: en el minuto 1:45:55, podemos ver a Sandra Bullock sola en el tren, cuando Keanu Reeves le dice que tienen que saltar del mismo. ¿Cuál es el problema? Que no están tan solos: en el cristal vemos a un operador de cámara y al encargado de sonido sosteniendo la pértiga. Un tren, desde luego, de lo más lleno.

Fox

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Con gazapo o sin él, Paramount debió quedarse con un palmo de narices cuando vio el resultado en taquilla de la película: 350 millones de dólares, o sea, diez veces su presupuesto, lo que hizo que se aprobara de manera inmediata una secuela, pero esta vez en un barco. La idea es un poco loca, pero originalmente iba a ser el guion de La jungla de cristal: La venganza antes de que decidieran convertirlo en Speed 2. Si algo quedó claro es que la saga murió aquí… A no ser que en 2028 hagan una tercera parte ambientada en, por ejemplo, un patinete. Nunca se sabe ya en Hollywood.