Amy Madigan, actriz de ‘Weapons’, ha explicado la razón detrás de su decisión y la de su marido Ed Harris
El terror estuvo presente en los pasados premios Oscar con La sustancia (2024) de Coralie Fargeat. El género, uno de los grandes olvidados en los premios de la Academia de Cine, podría repetir en la ceremonia de 2026 gracias a Weapons. El filme, dirigido por Zach Cregger, tiene en su elenco a una actriz que se ha ganado, por sorpresa, al público y a la crítica y ya es una de las potenciales candidatas a la estatuilla: Amy Madigan.
Si la nominación ocurre, no sería la primera vez que Madigan acude a una ceremonia de los Oscar. Hace 26 años fue una de las asistentes y tuvo un polémico gesto con uno de los ganadores de la edición de 1999 del que ha hablado recientemente.
Robert De Niro y Martin Scorsese fueron los encargados de presentar el Oscar honorífico a Elia Kazan, director de títulos como ¡Viva Zapata! (1952) y La ley del silencio (1954). Warren Beatty, Kathy Beates y otros intérpretes le aplaudieron, pero cuando la cámara enfocó a Madigan y a su marido Ed Harris, ninguno de los dos se movía. No fueron los únicos, otros de los prenses, como Nick Nolte, tuvieron la misma actitud.
Kyle Buchanan, que ha entrevistado a Madigan para el New York Times, ha compartido en su cuenta de X la respuesta de la actriz ante la pregunta de por qué decidió no aplaudir a Kazan. Las palabras de la intérprete no han terminado publicadas en la versión final de la entrevista, pero Buchanan ha compartido una captura de pantalla de ella.
“Sí. De ninguna forma iba a hacer eso. De ninguna manera”, comienza Madigan. “Mi padre, que ya no está con nosotros, era un analista político y un periodista y estaba trabajando en el Capitol Hill cuando el macartismo estaba en marcha y le afectó profundamente. Y, sí, todo eso volvió a mí. Pensé: ‘Nop”.
La caza de brujas del macartismo

.
Madigan se refiere al testimonio de Kazan ante el Comité de Actividades Antiamericanas de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos en 1952. Desde 1947 hasta 1957, el senador Joseph McCarthy y su equipo se hicieron famosos por liderar una caza de brujas que perseguía a sospechosos de ser agentes soviéticos o simpatizantes del comunismo infiltrados en las administraciones públicas.
En Hollywood había una lista negra de personalidades sospechosas. En aquella época, quien delataba a sus compañeros podía seguir trabajando en la industria del cine y Kazan, que fue militante comunista durante poco tiempo, fue llamado por primera vez en enero de 1952. En esa ocasión no dio nombres, pero en su segunda comparecencia delató a algunos compañeros.
Kazan se convirtió así en un paria en algunos círculos de Hollywood. En 1997, el director habló sobre cómo le afectó su testimonio. “¿Quieres saber la verdad? Ni un poquito”, respondió en The New York Times cuando le preguntaron si le molestaba la ira que recibió. “He recibido tantos elogios en mi vida. Algunos merecidos, otros inmerecidos. ¿Qué importa? Todo ese tiempo no fue muy agradable. La gente estaba muy dolida por lo que pasó. Supongo que fui parte de ello. Dije lo que pensaba y tenía derecho a hacerlo“.