Si ya pensabas que la actriz era la reina de Hollywood, espérate para ver cómo se comporta ante un contratiempo
Meryl Streep es considerada una de las mejores actrices de todos los tiempos, tanto por parte del público como de sus compañeros de profesión, y su impresionante palmarés lo demuestra. Ha ganado tres premios Óscar por Kramer vs. Kramer (1979), La decisión de Sophie (1982) y La dama de hierro (2011). Además, posee ocho Globos de Oro, además del honorífico Cecil B. DeMille por su carrera. También ha recibido dos BAFTA, múltiples galardones del Sindicato de Actores (SAG) y hasta fue distinguida con la Medalla Presidencial de la Libertad en 2014, uno de los mayores honores civiles en Estados Unidos. Solo hay una Meryl Streep.
Pero todos estos galardones no significan nada, lo que realmente define a la actriz como la reina de Hollywood es su comportamiento en los rodajes. No son pocos los compañeros que aseguran que es una profesional completa y que su filosofía de trabajo es espectacular. Kieran Culkin trabajó con ella en Música del corazón, un musical estrenado en 1999, y compartió una anécdota que nunca olvidará en el podcast de Marc Maron.
La llamaron al set en última posición y dijo: ‘¿Me están esperando?’. Y muy amablemente, se volvió hacia el asistente de dirección y le dijo: ‘¿Podrías asegurarte de que eso no vuelva a ocurrir?. No quiero que nadie me espere. Llámame cuando llames a los demás
“Y fue muy amable. Recuerdo que aprendí de eso: ‘Genial, porque ella es la número uno, ella es la razón principal de esta película, y no quiere un trato especial. No hagas eso”, continuó.
Culkin aún era un adolescente cuando trabajó en esa película, la cual narra la historia real de Roberta Guaspari, una profesora que luchó para que hubiera educación musical en las escuelas públicas de Nueva York. Streep daba vida a la protagonista y Culkin era su hijo. Fue un papel pequeño para el actor de Succession, pero aunque su aparición no fuese memorable le enseñó una gran lección.
Otro actor del que Culkin aprendió que se puede ser una gran estrella de Hollywood y seguir siendo agradable fue Steve Martin. Después de haber coincidido con él en El padre de la novia en 1991 cuando era tan solo un adolescente, se le quedó grabado su actitud en el set: “Oh, puedes ser el hombre a cargo y ser amable”.