Esta colección de canciones pop es de las que acaban por hacer que uno se rinda al magisterio de uno de los autores más valiosos de las últimas décadas. Michael Hiscock tiene un currículum de esos que podríamos decir deslumbrante: como miembro fundador de El Ratones de campo además de aparecer en los créditos de discos de bandas seminales como Estrellas azules temblorosas, Saint Etienne, Otro día soleado O Harvey Williams. En definitiva, de los mejores grupos que pasaron por Sarah Records Y Celestial. Pero el bueno de Hispano se ha unido al frente de su proyecto parisino La suave primavera junto a los franceses Jérémie orsel (ha estado en la órbita de los Hidrogeniedad en el excelente Joterías Bobas entre otros grupos en los que ha participado) a la guitarra, y Emilie Guillaumot que aporta voces y teclados.
Debutan con Mirando hacia atrás en el mundo (Crear cera2025) en el sello de otra ilustre del indiepop, Amelia Fletcherasí que esto suena a disco cocinado a fuego lento y entre amigos. Entre sus surcos encontrarán pop en estado de gracia, de ese pop que no necesita de demasiada parafernalia para sonar impetuoso, lírico y balsámico, siempre dispuesto a engarzar los acordes necesarios para elevar enormes melodías.
La herencia contraída con Los ratones de campo – aunque Michael Hiscock en varías entrevistas no cree que pensara en aquel grupo en el proceso de composición- se aprecia en temas como “Untouched”, “Looking Back At The World” o “The Ashes”: todas ellas podrían ser caras b de aquel legendario Bola de nieve de 1989. Pero si tiramos de este hilo, es indudable que encontramos asociaciones con otros grupos de los que el trío son fans: la inicial “Sugartown” tiene la tersa caricia de algún tema de Robert Foster“Severed Hearts” conserva la ambrosía melódica de Ray Daviesaunque aquí la voz la pone Emilie Guillaumot transportando alguna de las canciones por los dominios de una sensibilidad quebradiza.
El aroma acústico impregna todo el disco, además de unos arreglos nítidos de cuerda, y en la recta final se vienen arriba con la hermosa balada “I Can’t Have You As A Friend”, el piano acompaña la serpenteante “The Reason Why You Lie”, y al amigo de correrías de Hispano, Harvey Williamsseguramente envidiaría un final como “Don’t Bring It Home”.
A sus 58 años, el ex de Los ratones de campo hace frente a la madurez mirando al detalle los gestos cotidianos de la vida y nos envía saludos desde París (con amor).
Escucha, la suave primavera, mirando hacia atrás al mundo
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