El maestro de la literatura de terror a menudo recomienda series y películas, pero hace tres años también reconoció qué largometraje le hizo abandonar la sala antes de tiempo
Suele ser más habitual en proyecciones de películas de terror y/o de largometrajes que contienen imágenes de violencia explícita, pero a veces los espectadores deciden abandonar la sala de cine sin terminar de ver la película sencillamente porque no les gusta, les resulta insoportablemente aburrida y/o solo quieren dar por finalizada la experiencia. Algo así es lo que le debió pasar a Stephen King en 2007 con la única película que, según reconocería el maestro de la literatura de terror, ha provocado que quisiera abandonar una sala de cine antes de tiempo.
Aunque el prolífico autor, responsable de muchas de las mejores y más famosas historias de terror de la literatura y cuya obra ha sido objeto de múltiples adaptaciones, no explicó explícitamente los motivos, King admitió en una publicación en Twitter en 2022 -que ya ha sido eliminada pero de la que se pudieron hacer eco muchos medios en su momento– que no pudo terminar de ver Transformers, la película sobre la famosa línea de muñecos de acción de Hasbro estrenada en 2007 bajo la batuta de Michael Bay.
“Solo he salido con una película como adulto: Transformers“, reveló el escritor respondiendo en la red social que ahora conocemos como X a un mensaje del novelista Linwood Barclay que decía que había abandonado Jurassic World: Dominion. El autor completaba su mensaje pidiendo a los usuarios que compartiesen con qué películas habían abandonado la sala de cine.
Protagonizada por Shia LaBeouf y Megan Fox en 2007, la película de Michael Bay no es, ni mucho menos, una obra maestra, pero sí lo suficientemente entretenida como para convertirse en un éxito y comenzar una saga de acción que lleva recaudados varios miles de millones de dólares. Si contamos las dos precuelas no dirigidas por Bay, 5,288 millones de dólares.
La película de acción y ciencia ficción sobre robots alienígenas recaudó 709,7 millones de dólares en todo el mundo y lo cierto es que Stephen King también contribuyó a ello, puesto que, después de todo, primero tuvo que comprar una entrada de cine para verla, aunque fuese a medias.
“A pesar de que nadie daba mucho por la traslación a la pantalla de los personajes robóticos de Hasbro, finalmente, Bay consiguió lo que se proponía: una película testosterónica y chatarrera en la que las chicas son florero y los héroes resultan insustanciales porque siempre se encuentran bajo el yugo de un espectáculo mayor (el de los efectos visuales), en el que no hubiera que esforzarse por construir un guion en condiciones, porque ya era suficiente con enlazar persecuciones y peleas y en la que no fuera necesario medir el sentido del ritmo, porque se suponía que cuanta más acumulación de imágenes y objetos en la pantalla, antes se podría llegar a hipnotizar (idiotizar) al espectador”, escribe sobre ella Virginia Montes en su crítica para SensaCine. “Así es ‘Transformers’, aburrida, aparatosa e irritante. Un espectáculo necio a la medida de su director, responsable de una de las filmografías más nocivas del cine reciente”.