Recibió seis nominaciones al premio Oscar -se llevó tres-, ocho a los BAFTA -otros tres para casa- y hasta 13 en los Goya -aquí se hizo con siete galardones-
El laberinto del fauno fue una de las grandes películas en 2006, el año de su estreno. Esta producción hispano-mexicana dirigida por Guillermo Del Toro se ganó el favor de la crítica desde el primer momento, ya que cuando fue presentada en el Festival de Cannes el 27 de mayo de ese mismo año recibió nada más y nada menos que 22 minutos de ovación, convirtiéndose así en la más larga en la historia del certamen. Que no deja de ser un bonito reconocimiento, pero vaya trago para el equipo que debe permanecer de pie ante la mirada de todo el auditorio.
Como cuenta Del Toro en una entrevista con GQ, no “esperaba gran cosa” de la presentación, ya que la proyección tuvo lugar en los últimos días de Cannes, cuando mucha gente ya se estaba yendo a sus casas, pero cuando empezó el pase ya olía que algo iba bien porque la gente estaba reaccionando -normalmente en el festival, si algo no gusta, los críticos no dudan en abandonar la sala-.
Y después llegaron los 22 minutos de ovación.
Veinticinco minutos es el trayecto a mi oficina. Es difícil describir lo que es, llegar tan lejos, porque los primeros tres o cuatro minutos te sumerge en una especie de reino de aceptación y alegría. A los diez minutos, no sabes qué hacer. Solo sonríes y asientes. Y en medio de eso, Alfonso Cuarón, que estaba a mi lado, me dio una fuerte palmadita en la espalda y me dijo: ‘Déjate querer, hombre’. Y entonces me abrí a esa ovación y duró los 22 minutos completos. Y solo cuando abrieron las puertas del Palais para dejar salir a la gente, empezó a amainar
El director reconoce que le cuesta aceptar las buenas noticias, así que ese tiempo le supuso una “especie de confusión emocional”. “Sientes una enorme liberación, muy emotiva y muy, muy, muy personal. Es imposible no tomártelo como algo personal. Salga bien o mal, te llega directo al alma”, agrega.
Una semana después, mientras tomaba un café con unos amigos en París, le dijeron que había batido el récord a la ovación de pie más larga de Cannes y el mexicano lo celebró con una nueva taza de café.
Cuando se estrenó al gran público, todos los medios cayeron rendidos a la fantasía de Del Toro. Medios como Chicago Sun-Times, TIME, The Observer o The Austin Chronicle la colocaron en el primer puesto de lo mejor del año y muchos otros la incluyeron dentro del Top 10.