De tal bat-palo, tal bat-astilla, debió de pensar Christopher Nolan en esta película de Batman
Antes de la trágica muerte de Heath Ledger, el actor pretendía seguir interpretando a Joker en la saga del Caballero Oscuro de Christopher Nolan. De hecho, David S. Goyer llegó a escribir los argumentos de estas secuelas, que nunca llegaron a hacerse. Es más: Nolan dudaba si hacer el final de la trilogía siquiera, porque le parecía que no tenía sentido sin el villano aterrorizando Gotham. Mientras tanto, en Warner insistían en que tenía que volver, y con Enigma como el malo de turno, un papel por el que se interesaron Leonardo DiCaprio y Robin Williams. Pero Nolan no quiso caer ni un poquito en el camp y decidió que si había alguien digno de acabar la trilogía, ese era Bane.
Crujiendo al murciélago
Curiosamente, incluso en 2012, Nolan supo ver el futuro y se alejó de las tendencias de la industria para rodar El caballero oscuro: La leyenda renace. Aunque desde el estudio insistían en que tenía que grabarla en 3D, él prefirió utilizar cámaras IMAX y destinar una hora de metraje a los cines a tal efecto. Una década después, el IMAX se volvió una parte vital de la industria. Quién lo iba a decir.
Nolan lo dio todo porque sabía que esta era su última película como director de Batman, y por ello decidió que su hijo debía formar parte de ella. Durante una escena, Rory Nolan aparece en un autobús escolar, dejando su impronta para siempre en la historia del murciélago. ¡Ah! Y el director no se olvidó de que tenía más familia: el título de rodaje de la película (ese que se usa para enmascarar la producción real) era Magnus Rex en honor a su hijo Magnus.
Por cierto, Rory al final no acabó dedicándose al cine, y se dedica a tocar la guitarra por el mundo. Tampoco es que su papel de “Niño en autobús” le fuera a abrir todas las puertas: tan solo participó en otra película más antes de decidir que con un padre en la industria ya era más que suficiente.