Luca Guadagnino regresa a la Biennale para presentar su nuevo proyecto, protagonizada por Julia Roberts, Ayo Edebiri y Andrew Garfield, entre otros

Un año más, Luca Guadagnino se presenta en Venecia con una nueva película. Después de Hasta los huesos y Queer, el siciliano trae el que probablemente es el título más polémico del certamen: Caza de brujas, protagonizada por Julia Roberts, Ayo Edebiri, Andrew Garfield, Michael Stuhlbarg y Chloë Sevigny. Guadagnino se ha atrevido a ambientar la cinta en la era post #MeToo pero cambiando el punto de vista y preguntándose qué pasaría si la alumna mintiera. Un tema muy potente que ha levantado ampollas.
Dice Alejandro G. Calvo entre góndola y góndola: “No es la mejor película del festival, pero, en cuestión de lenguaje y puesta en escena, probablemente sí lo sea”.
La trama se ambienta en la Universidad de Yale, en el Departamento de Filosofía, y se centra en una profesora que está enferma y debe soportar de manera constante grandes dolores. En una fiesta en su casa, una de sus alumnas favoritas se marcha con otro profesor. Al día siguiente, la alumna confiesa a la profesora que anoche su compañero de departamento intentó abusar de ella y que iba a denunciarlo.
El personaje de Julia Roberts, que es el que debe tomar las decisiones, está agarrotada por el miedo. Y creo que ese miedo, más que la cancelación, es de lo que trata la película. Miedo a no poder tomar decisiones tú mismo, a no poder expresarte por estar muy cohibido por la sociedad en la que vivimos
“Luca Guadagnino es un cineasta al que le gustan los desafíos, trabajar las cosas difíciles y llevarlo a imágenes realmente increíbles. En ese aspecto a mí me tiene súperganado”, dice el crítico y ‘publisher’ de SensaCine. De manera intencionada, el italiano abre el largometraje con unos títulos de crédito homenaje a Woody Allen, utilizando la misma tipografía y forma de plantearlos. El director también ha declarado que las dos grandes influencias de la película son Otra mujer y Delitos y faltas, dos grandes obras de Allen.
“Caza de brujas tiene una temática tan potente que se ha convertido en la película más polémica del festival y se olvida el cine que hay detrás”, señala G. Calvo, que está totalmente rendido ante la puesta en escena de la película.
A lo largo de su filmografía Guadagnino ha demostrado que es uno de los mejores cineastas contemporáneos a la hora de emplear el lenguaje cinematográfico, a la hora de poner en escena emociones. Su cine está plagado de emociones. Sabe medir realmente bien la sensibilidad de sus relatos y no suele trabajar con personajes arquetípicos. Sus personajes siempre tienen muchas capas, son personajes complejos y, por lo tanto, las relaciones entre ellas son complejas
Aquí “hace unas virguerías con la cámara que no te las crees. En esta película se encuadran los diálogos que es una barbaridad. Hay conversaciones de 5-6 personas que el cómo dirige la mirada es una burrada. Como yo soy alguien que disfruta mucho de la puesta en escena, lo he disfrutado un montón, pero este no es el tema”, continúa.
“Yo sé que mucha gente la ha odiado. A mí me parece una película muy potente, muy bien dirigida, muy bien interpretada y que toca un tema que creo que es importante”, zanja el crítico.