El actor convivió junto a sus compañeros de reparto durante los 14 meses que duró el rodaje de la trilogía de fantasía de Peter Jackson
El Señor de los Anillos, la obra literaria de fantasía de J.R.R. Tolkien que a menudo es considerada como una de las más importantes del género, se consideró durante mucho tiempo como imposible de rodar. Los intentos habían sido varios y, aunque en 1978 pudo estrenarse una película animada, la posibilidad de producir un largometraje de acción real era demasiado complicado. Sin embargo, la entrada en escena del director neozelandés Peter Jackson demostró no solo que no era imposible, sino que el resultado podía ser una de las mejores trilogías cinamatográficas que nos ha brindado la historia del cine.
La historia de Tolkien fue adaptada en tres películas que se rodaron una seguida de la otra durante 14 meses en Nueva Zelanda. La primera, El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo se estrenó en el año 2001 entre curiosidad y emoción, pero también escepticismo, y la acogida fue espectacular. Las otras dos películas, El Señor de los Anillos: Las dos torres y El Señor de los anillos: El retorno del Rey se estrenaron en 2002 y 2003 y la última de ellas se convirtió en una de las tres películas más premiadas de la historia de los Oscars con 11 estatuillas, incluida la de Mejor película.
Protagonizada por Elijah Wood, Ian McKellen, Orlando Bloom, Viggo Mortensen, Cate Blanchett y un largo etcétera, la mayoría de los actores siguieron siendo grandes estrellas y cuentan con una carrera repleta de éxitos, pero todos ellos coinciden en haber vivido una experiencia espectacular. Catorce meses de rodaje que les unieron mucho y que nunca olvidarán.
Precisamente sobre ello hablaba recientemente Orlando Bloom, el encargado de interpretar al elfo Legolas en las películas, durante una retrospectiva de su carrera en la Fan Expo de Chicago celebrada el pasado mes de agosto, tal y como recoge Entertainment Weekly.
El también protagonista de la saga de aventuras Piratas del Caribe recordó lo bien que lo pasaba junto a sus compañeros durante el rodaje de las películas y cómo se acabó convirtiendo en el blanco de las bromas y burlas habituales de todos ellos.
Yo era el blanco de la mayoría de las bromas, porque nunca me ensuciaba. Legolas nunca se mancha, nunca se ensucia. A Viggo [Mortensen] le encantaba hablar de mi bonito pelo, mi cara, manos y uñas limpias y todo eso. Era muy gracioso
Según recuerda Bloom, una de las actividades favoritas de algunos de los actores era salir a hacer surf, un deporte en el que no tenía ninguna experiencia pero que empezó a practicar junto a Elijah Wood, Sean Astin, Dominic Monaghan y Billy Boyd: “Aprendí a surfear con los hobbits. Al principio, pensé: ‘Vamos a conseguir motos y a dar una vuelta por estas colinas’. Y Billy Boyd dijo: ‘¡Uh, no!’. Y yo: ‘¿Bicicletas de montaña?’. ‘¡No!’. ‘¿Surfear?’. Y Billy dijo: ‘¡Sí, surfear!’. Probablemente, Billy era el sensato. Alquilábamos una pequeña cabaña, preparábamos una barbacoa y simplemente íbamos a surfear y cosas así. Era realmente mágico”.
“Tenía 20 o 21 años; todos éramos jóvenes. Nos divertimos mucho. Éramos una familia de amigos”, recordaba con gran cariño.
Por su parte, Orlando Bloom regresó a su papel de Legolas en dos películas de la trilogía de El Hobbit que también dirigió Peter Jackson unos años más tarde: El Hobbit: La Desolación de Smaug (2013) y El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos (2014). Sin embargo, no participa en la serie de Prime Video El Señor de los Anillos: Los anillos de poder y parece que tampoco será parte de la nueva película de la franquicia de fantasía, Lord of the Rings: The Hunt For Gollum, que dirigirá Andy Serkis para su estreno en 2027.