Folc Records llevaba tiempo anunciando la gira de los australianos Los nuevos Cristoque venía acompañada de un nuevo recopilatorio, editado por la propia discográfica y promotora. Con toda la expectación que se merecen los de Sídney – hacía tiempo que no veía una fila tan larga esperando desde rato antes de la apertura – en la sala El Sol y con entradas agotadas, la noche se presentaba ideal para volver a saludar a Robar más joven y los suyos.
Antes abrieron para ellos Los Chicos y no hay ninguna banda más adecuada que ellos para esto. Por todo, por la amistad que tienen con los australianos (algún tour por las Antípodas lo atestigua), por propiciar la gira en ellos mismos, pero, sobre todo; porque un concierto de Los Chicos es una fiesta de rock and roll sincera y tocada a toda velocidad, como se supone que tiene que ser la “música del diablo”.
Con un inconmensurable Rafa al frente, que – como acostumbra – no paró de moverse por el escenario y ocasionalmente por toda la sala y la perfecta maquinaria de decibelios que atruena detrás de él, conformada por: los hermanos Urchaga a las guitarras, Guille al bajo y Raúl a la batería, su set no dejó un momento de paz y puso a sudar a la audiencia.
Temas como: “Going to Stay”, “Never is too much”, o “The King of the Party” hicieron el resto, propiciando unos cuarenta y cinco minutos de rock incendiario y sin concesiones al aburrimiento y eso que Antonio tubo que tocar sentado, debido a su estado de recuperación, sin que ello mermase para nada la locomotora habitual de los madrileños. ¡Proletarios del rock, uníos!
Llegaba la hora de ver – posiblemente – por última vez a Los nuevos Cristodado a las pocas ganas que tiene ya de girar Rob Younger. La formación australiana salía al escenario y sin mediar palabra comenzaron a disparar trallazos inapelables de su cosecha, que la mayoría aparecen en el mencionado disco doble; El quema de Roma (Folc Records) y qué harías muy bien en hacerte con él.
Formados a principios de los ochenta por Younger, nunca gozaron de la misma atención que la otra gran banda de su vida, Radio Birdman. Sin embargo, The New Christs siempre fueron su proyecto más personal y el más longevo de todos.
No me atrevo a descifrar cuál es su secreto para dar conciertos tan redondos, tal vez la artillería de canciones a prueba de bombas, o la experiencia acumulada de cada miembro, con un Jim Dickson al bajo que también estuvo en Radio Birdman. O quizá sea esa condición australiana, ese ADN de una tierra que un día dominó el rock and roll a nivel planetario. Lo cierto es que, en poco más de hora y cuarto, se despacharon gran parte de su repertorio, sin pausas, sin concesiones, apenas agradeciendo entre tema y tema, dejando a la audiencia casi sin respiración.
El arranque con “We Have Landed” y “Waves Form” fue suficiente para poner la sala patas arriba, con la seguridad de quien se sabe respaldado por la historia. Esa frase tantas veces repetida, de que Rob Younger cambió el curso del rock australiano, nunca fue gratuita.
“Another Sin” sirvió para recordarnos la versatilidad de la banda, tanto en las guitarras, esta vez casi en tono neo country, como en la capacidad de Rob, cuyas tonalidades vocales se mantienen prácticamente intactas, arropadas por una base rítmica perfecta, sin necesidad de aspavientos. Y cuando llegó ese himno incontestable que es “On Top of Me”, la sala estalló, un estribillo imborrable, los riffs asesinos de Dave Kettley y la sensación de estar presenciando un momento que ya no volverá.
No hubo espacio para teatrillos ni falsas salidas de escenario y es que los horarios de las salas mandan y el grupo, pragmático, enlazó “Coming Apart”, “Like a Curse”, “I Swear” y “Bonsoir à vous” en un final arrollador, con un Younger aferrado al micro, dominando con esa presencia escénica que nunca perdió.
Y así, nos ha quedado una certeza, Rob Younger luchó para que The New Christs no fueran simplemente un pie de página en la historia de Radio Birdman, son una banda que llevó el rock australiano hasta sus últimas consecuencias, manteniendo la llama intacta hasta el final. Solo el tiempo dirá si – de verdad – ha sido su despedida, pero de ser así, se han largado sin mirar atrás y dejándonos con la sensación de haber vivido algo grande.
Fotos The New Christs + Los Chicos: Fernando del Río
Más fotos The New Christs + Los Chicos