El director Terry Gilliam intentó mantener el tipo en una producción caótica y desquiciante… y aún así fue un fracaso comercial

Ya reconoció Terry Gilliam que había sobrepasado el presupuesto un pelín cuando se puso a trabajar en Las aventuras del Barón Munchausen. Contaba con un límite de 23,5 millones de dólares y terminó gastando unos 40 millones -un poco más o un poco menos según a quien le preguntes-. Esto no habría sido un problema si la taquilla hubiera respondido bien, pero tan solo recaudó 8,1 millones de dólares en todo el mundo.
Teniendo en cuenta que la recaudación debe ser 2,5 veces el presupuesto de producción, podemos decir que el estreno de esta película de Gilliam fue uno de los mayores fracasos de la industria cinematográfica. Supongo que muchos involucrados en el proyecto ya se lo imaginaban porque el rodaje fue poco menos que un desastre.
Gilliam siempre será recordado por ser un genio de gran creatividad en Hollywood. Uno de los mejores ejemplos es Brazil, una cinta distópica que se ha convertido en un título de culto con el paso de los años. Pero también tiene un carácter complicado, demasiado intenso y perfeccionista. Sus rodajes son recordados por ser tan problemáticos que casi son legendarios, como es el caso de su sueño frustrado de sacar adelante su adaptación del Quijote. Los múltiples fracasos terminaron en el documental Lost in La Mancha, aunque posteriormente vio la luz bajo el título El hombre que mató a Don Quijote. “Es un despropósito absoluto, a veces de vergüenza ajena”, escribió Marcos Gandía en su crítica para SensaCine.
El caso es que Las aventuras del Baron Munchausen no fue una excepción, como recogen nuestros amigos de AlloCine.
“Toda la experiencia había sido dolorosa y de pesadilla”
En una entrevista con Deadline del pasado mes de julio, Gilliam explicó sus desilusiones, especialmente tras la disputa que tuvo con Universal a raíz de Brazil. “Este tipo se agotó hace unos años, o creo que murió. […] Ya no vive en este cuerpo, es todo lo que puedo decir”, aseguró el cineasta.
Te diré, no veo mis películas después de terminarlas, y ya han pasado quizás dos años, supervisé la versión 4k de ‘Las aventuras del barón Munchausen’. No la había visto en mucho tiempo porque toda la experiencia había sido dolorosa y de pesadilla
La película cuenta con unos decorados maravillosos diseñados por Dante Ferretti, el escenógrafo favorito de Fellini, un John Neville encarnando a un formidable barón y apoyado por un reparto con gran talento: Uma Thurman, Sarah Polley, Jonathan Pryce, Oliver Reed, incluso Robin Williams, quien no quiso que su nombre apareciera en los créditos.
Polley ha hablado años después sobre el trauma que supuso para ella trabajar en este proyecto con tan solo nueve años. “Definitivamente me dejó cicatrices… Fue muy peligroso. Hubo tantas explosiones tan cerca de mí, lo cual es traumático para un niño, sea peligroso o no. Estar en agua helada durante largos periodos y trabajar horas interminables. Fue físicamente agotador y peligroso“, declaró en una entrevista con Ain’t it cool.
Llevó a dimitir al presidente de Columbia
Detrás de escena, fue un infierno. En 1988, un artículo en Los Angeles Times reveló parte del drama detrás de escena que rodeó la película, el cual llevó a dimitir al mismísimo presidente de Columbia.
“Este repentino exceso de presupuesto ensombreció el proyecto más ambicioso y potencialmente espectacular defendido por David Puttnam, quien se vio obligado a dimitir como presidente de Columbia cuando la empresa matriz Coca-Cola Co. decidió en septiembre fusionar Columbia con Tri-Star Pictures. Puttnam, productor cinematográfico británico, había advertido a Hollywood sobre los peligros de los costos excesivos cuando asumió el cargo en Columbia quince meses antes. Irónicamente, él y sus colaboradores se vieron rápidamente envueltos en los problemas presupuestarios de Munchausen, a pesar de que su cautelosa estrategia para la financiación de películas protegió a Columbia al transferir la responsabilidad directa por los sobrecostos del estudio a las aseguradoras”, recoge el artículo.
A pesar de todo, 37 años después de su estreno, Las aventuras del barón Munchausen se considera, con razón, una de las mejores obras de la rica imaginación de Terry Gilliam.