El actor alzó su voz en contra de la segregación que vivía el país en esa época

Estamos acostumbrados a escuchar tanto racismo en las entrañas del Hollywood más clásico que dar con una anécdota de tolerancia es algo casi inédito. Especialmente si se trata de un actor contra todo un estudio para reclamar los derechos de sus compañeros.
Clark Gable, una de las grandes estrellas de la industria del cine, casi renunció a hacer Lo que el viento se llevó cuando comprobó que las instalaciones del set de rodaje estaban segregadas por raza. En cuanto Gable vio los letreros que diferenciaban los espacios para “blancos” y “negros”, se dirigió al despacho de los ejecutivos para reclamar un trato justo.
Un grupo de extras negros, molestos por los letreros en los baños, se quejaron ante el mismísimo Gable. “Llamé a la puerta de Clark Gable y dije: ‘Tienen que quitar esas señales o nos vamos a ir todos”, cuenta Lennie Bluett, actor que interpretó a un soldado en la película, en el libro Stormy Weather: The Life of Lena Horne.
La respuesta quedó recogida en el libro escrito por Michael Sragow, Victor Fleming: An American Movie Master: “¡Que me aspen!’, les dijo la estrella, conmocionada. ‘Llamó a Fleming, quien llamó al jefe de utilería y le dijo: ‘Si no quitas esos letreros, no tendrás a tu Rhett Butler’. Los letreros fueron quitados de inmediato”.

Metro-Goldwyn-Mayer
La película más taquillera de la historia y la más racista
El lanzamiento de Lo que el viento se llevó en 1939 fue un éxito absoluto de taquilla, convirtiéndose en la más rentable hasta el momento. Incluso ahora, si ajustamos sus ingresos a la inflación, continúa siendo la película de mayor éxito en la historia. Sin embargo, por muchos halagos que reciba su parte cinematográfica y por mucho Clark Gable que hubiera para luchar por la igualdad, sigue siendo una cinta problemática si hablamos de racismo.
Al fin y al cabo, ofrece una visión pro-confederada. Entre los ejemplos que destacan, está el hecho de que los esclavos que aparecen en la cinta están felices con su condición, el personaje de Prissy (Butterfly McQueen) es retratado como alguien inútil, los norteños aparecen como personas de moral ambigua…
Por encima de todo esto, Hattie McDaniel, que en la cinta interpreta a Mammy, se convirtió en la primera mujer afroamericana en ganar un Oscar -lo hizo en la categoría de Mejor actriz de reparto-. Aquella noche, el productor David O. Selznick tuvo que pedir un permiso especial para que McDaniel pudiera entrar en el Cocoanut Grove en el Hotel Ambassador y la actriz fue escoltada a una pequeña mesa colocada contra una pared del fondo.
Fue un hito para esta comunidad, pero su futuro no brilló. Después de aparecer en Lo que el viento se llevó tuvo 74 papeles de criada más. Ella, hija de una pareja de esclavos, sufrió el racismo hasta después de muerta. Pidió ser enterrada en el Cementerio de Hollywood, pero cuando falleció en 1952 la denegaron por su color de piel.