Rampas Y .bd., dos de las bandas más destacadas del sello Humo Internacionalllegaban a la mítica Sala el Sol el pasado 12 de septiembre para poner broche final al verano.
La velada abrió a cargo de .bd.grupo madrileño de jovencísimos componentes —aún menores de edad cuando empezó el proyecto—. Presentaban aquella noche su primer EP, Economía textilque ha sido editado en físico y apunta a ser un gran éxito en las listas de este año. Apenas cuentan con los cuatro temas de su EP y dos demos en plataformas, pero su sonido está más que consolidado y el público es consciente de ello. Aunque el evento no fuese sold out, la sala ya estaba prácticamente llena para verles.
A pesar de su corta trayectoria, más de uno se ha referido ya al sexteto madrileño, inspirado en los trayectos rurales de bus interurbano que separan la periferia del centro de la capital, como “nuestros Black Country, nuevo camino”. Y es que los parecidos son indiscutibles. Dos bandas que transmiten la belleza sonora con escuchar los primerísimos segundos de cualquiera de sus trabajos.
Verles en directo reafirma todas estas declaraciones, pues desde que sonó la primera nota, el público hizo silencio absoluto y se quedó hipnotizado por el baile de notas de guitarras, teclado y saxofón. Todo acompañado por la dulce voz de su cantante Martaque aporta al sonido instrumental algo que trasciende lo divino. Cabe destacar también la destreza multiinstrumentista de la mayoría de sus miembros: hubo constantes cambios de instrumentos que no se sentían liosos ni artificiales, sino como una especie de baile perfectamente orquestado.
Abrieron con canciones nuevas bastante lentas y envolventes, para luego pasar al momento estrella de sus shows: cuando Javier Carmonabajista y teclista, toma las riendas del micrófono y comienza a improvisar una charla en mitad de una canción. Ya habíamos escuchado su voz anteriormente, pero ahora el color del ambiente cambiaba por completo con una canción más animada, con toques incluso punkis, en el que improvisó sobre su experiencia tocando en el ciclo Tiempos Nuevos de Oviedo este mismo verano. La banda aprovechó este momento para anunciar que Javi dejaba la banda de manera indefinida debido a que se muda a Toulouse, siendo el concierto del día siguiente en Barcelona su último como parte del proyecto.
Llegaba el turno de repasar su recién estrenado EP. Primero sonó «Menagaray», para el cual el batería se trasladó al frente del escenario para hacer sonar lo que parecía ser un ukelele. Es la pieza más corta y que pasa más desapercibida del EP, pero en directo fue muy bien recibida. Tras ella sonó «Cien y Cientos», la composición con la que debutaron; y «Ahora sí», seis minutos que provocan todo tipo de sensaciones. El grupo aclaró que estas canciones, grabadas y editadas ahora por Humo, “tienen bastantes años”. Marta presentó el cierre del EP, «Hemos roto los espejos» como “una canción de amor”. Algo que destrozó a más de uno entre el público. La sala permanecía en silencio y sólo había ruido en los aplausos finales, y la atmósfera era más que envolvente.
Se despidieron con otro nuevo, también bastante largo, que destensó un poco el ambiente tras las emociones vividas con esa frase tan dolorosa de «Hemos roto los espejos»: “qué tengo que hacer cuando te vas, para sentir que te tengo aquí”.
Y de .bd. pasamos a Rampasel otro grupo de la noche. Aplausos a la combinación de bandas: excelente desde un punto de vista objetivo por el casamiento de ambos estilos musicales, aunque a su vez fue completamente destructivo desde un punto de vista emocional. Momentos desgarradores por ambas partes, instrumentales complejos inspirados en el post-rock o en bandas míticas como Mi sangriento San Valentín.
Y es que la calidad musical de Rampas está a otro nivel. Hablamos de una de las bandas con un sonido más definido y elaborado de las que podemos conocer en la escena nacional. En contraposición al primer grupo, cuentan ya con siete años de trayectoria. Los granadinos, a medio camino entre Cisnes O Ranuracuentan ya con dos álbumes: Nuestros Mejores Deseos (2020) Y Solo Postres (2024). Este último era el que venían a presentar.
La inmensa mayoría de temas de Rampas rondan los diez minutos de duración, lo cual limita el número de canciones que pueden sonar en un concierto suyo. De todos modos, aprovecharon su paso por la capital para presentar dos nuevas composiciones que seguían la línea post-rock y altamente experimental de los que ya conocíamos, y con los que la sala amplificó ese absoluto silencio que sentimos en .bd.
Después escuchamos «Poderoso Puño», la homónima «Solo Postres» y «Reina de Farolas», catártico tema final con el que cerró la noche dejando a más de uno absolutamente impactado.
Vivimos una cita histórica muy bien orquestado por Humo Internacionalcon una combinación de bandas excelentes de las que te tocan adentro, esas que tan bien representan la filosofía del sello.