Paul Thomas Anderson, uno de los mejores directores de nuestra época, estrena nueva película con Leonardo DiCaprio, Benicio del Toro y Chase Infiniti

“A día de hoy, 17 de septiembre, para mí, Una batalla tras otra es la mejor película de 2025″. Poco más que decir ante la rotunda afirmación de Alejandro G. Calvo, que ha quedado entusiasmado ante la nueva propuesta de Paul Thomas Anderson, uno de los genios del cine de nuestra época.
Paul Thomas Anderson, 20 años volándonos la cabeza
Paul Thomas Anderson sería, junto a James Gray, los dos cineastas que mejor han recibido la herencia del nuevo cine americano. En 1997, Anderson lo petó a lo bestia con Boogie Nights, que es una película generacional, que de repente lo sitúa en el mapa. En 1999, un Paul Thomas Anderson realmente crecido, realmente fuerte, realmente sabedor del inmenso talento que tiene, despliega toda su creatividad, inteligencia, flujo estético, todo ese caudal de historias cruzadas, en Magnolia, una de las mejores películas de la década de los 90. Desde entonces, se ha convertido casi en el mejor cineasta norteamericano en vivo, así os lo digo, porque enlaza Pozos de Ambición, The Master, Puro Vicio, El Hilo Invisible… Es una obra maestra tras otra hasta llegar a su última película, Licorice Pizza.
Con esta Una batalla tras otra, Paul Thomas Anderson ha hecho algo dificilísimo, porque viene de la novela Vineland, que entraría dentro del modelo de novelas inadaptables. Es muy complicado trasladar ese caos de ideas y personajes a la gran pantalla con cierta lógica. Pero ha sabido construir imágenes que están bañadas en el significado ontológico de la novela. Y trasladar ese sentido de una novela que se construye más por la forma es dificilísimo. El director ha llevado eso a la pantalla, pero con una historia que se sigue a la perfección. Con los mismos personajes y reacciones locas, está todo absolutamente igual en la película, pero esa narrativa que construye Anderson tiene un punto de frescura, es el vibrato jazzístico de Vineland, y eso es importante.
¿De qué va ‘Una batalla tras otra’?
La película, desde luego, es un alegato político. Arranca en la frontera entre México y Estados Unidos, en un centro de detención de inmigrantes ilegales, con jaulas, con un montón de inmigrantes detenidos… Parece que es una película narrada en 2025, pero no lo es. Ahí está Paul Thomas Anderson tirándote una primera línea brutal, una primera metáfora en la que está llevando a la actualidad. Es un retrato satírico de la realidad norteamericana, lo que pasa es que la realidad actual de nuestro mundo es tan extrema que a veces la sátira y la realidad se funden.
La pelea arranca en cuanto la hija del protagonista -al que da vida Leonardo DiCaprio- debe huir porque hay una especie de nazi norteamericano -al que da vida Sean Penn- que llega para acabar con su antiguo rival, que es Leonardo DiCaprio. La película entonces se convierte en una carrera a los Looney Tunes, es un poco El gran Lebowski.
Una batalla tras otra es una llamada a la resistencia, a pelear contra todo aquello que oprime al individuo y oprime a la sociedad. Cuenta cómo todos los revolucionarios de los movimientos de resistencia de los años 60 y 70 norteamericanos, tras el fracaso de los mismos en la era Reagan, viven aislados en un pequeño pueblo, que es Vineland, arrastrando consigo mismos la pena de haber perdido, el vivir en el olvido.

Universal Pictures
La película es frenética absolutamente. Está estructurada en dos grandes bloques y los dos son una aceleración constante de acciones, de personajes y de momentos, con la música además, de Johnny Greenwood, que no para de apretarnos la cabeza en un nervio constante. Es un thriller de huida continua del mal y, al mismo tiempo, es una llamada a la resistencia, a las armas para enfrentarnos a ese mal.