Todos recordamos lo impresionante que fue la primera vez que vimos Harry Potter y la piedra filosofal. Las escaleras moviéndose, la varita de Ollivanders, el oscuro prólogo, las clases de pociones impartidas por Snape y, por supuesto, el primer hechizo que lanzaba Harry. Sí, ese hechizo. Porque, o sea… Harry lanzaba hechizos, ¿verdad?
Harry Potter y los hechizos no lanzados
Lo cierto es que el Niño Que Vivió no hacía doblete también como Niño Que Hechizó: en toda la primera película no consigue lanzar un hechizo correctamente. Tan solo lo intenta con un Wingardium Leviosa que le sale regular (porque, recordemos, se dice “Leviosa”, no “Leviosá”), de hecho. El resto de momentos mágicos en la cinta no precisan un hechizo: levantar la escoba, hablar pársel con la serpiente, equivocarse de varitas… Cuando realiza magia, lo hace de forma involuntaria o no conjuratoria. O, directamente, lo hacen sus amigos, como Oculus Reparo o Alohomora.
De hecho, el primer hechizo salido de la varita del niño mago no llega hasta un enfrentamiento con Draco bien avanzado el metraje de Harry Potter y la Cámara Secreta. Y no, no es un Expeliarmus, sino un Rictusempra, que, después del golpe que pega a Malfoy, no vuelve a utilizar en toda la saga. ¿Seguro que estamos hablando del mago más poderoso de Hogwarts?
Warner Bros.
Curiosamente, no es una licencia cinematográfica: en el libro, Harry tampoco lanza un solo hechizo, ni siquiera un Lumos. Sí, comenta que tiene que practicarlos como deberes, pero nunca le vemos hacerlo. Una extraña decisión que ojalá hubiera llevado hasta el séptimo libro. Harry Potter: el niño superdotado… que jamás lanzó un solo poder desde su varita.
A los fans no se les ha pasado esto por alto y han profundizado en la cuestión. A su modo de ver, el hecho de que Harry no haya crecido en una familia mágica -de hecho, todo lo contrario, cualquier cosa relacionada con este mundo era algo maldito- le ha pasado factura y le resulta complicado introducir estos elementos en su día a día. No sucede así con otros estudiantes de Hogwarts, como Ron o Draco, que han sido criados por magos.