
La película de ciencia ficción es una de las más míticas del cine de desastres y la que consagró al actor como una estrella internacional, pero fue gracias a la insistencia de Roland Emmerich
Julio, 1996. Después de recibir una señal inusual del espacio cuya fuente no está lejos de la Tierra, los científicos descubren que una enorme armada de naves espaciales se dirige a nuestro planeta y que se acaban situando, de forma completamente amenazante, sobre las más importantes ciudades del mundo. Un experto en informática no tarda en decodificar la señal extraterrestre: se trata de una cuenta regresiva entre las naves alienígenas que, al terminar, activa un ataque que destroza las ciudades y asesina a miles de personas.
Bajo esta premisa Independence Day consiguió en 1996 convertirse en una de las superproducciones de ciencia ficción más exitosas de la historia en su momento, pero lo que entonces nadie podría prever es que seguiría siendo parte de la cultura popular y una de las más míticas películas del cine de desastre 30 años después.
Dirigida por Roland Emmerich, uno de los más grandes nombres del cine de desastres, y protagonizada por un Will Smith que estaba a punto de consagrarse como una estrella de Hollywood, Independence Day fue un auténtico éxito de taquilla en su momento, recaudando 817 millones de dólares en todo el mundo que hicieron de ella la segunda película más taquillera de la historia en ese momento solo por detrás de Jurassic Park.
Hay que reconocer que Independence Day tenía buenos ingredientes para ser un éxito. Por un lado el hecho en sí de que en los 90 el cine de catástrofes estaba en auge, pero también el contar con un elenco de lo más carismático. La estrella más querida de Parque Jurásico, Jeff Goldblum, interpretaba a uno de los científicos a cargo de controlar la situación, mientras que el personaje estrella del filme era interpretado por Will Smith, que ahora no pasa por uno de sus mejores momentos a nivel reputación, pero que entonces se había ganado el favor del público por su trabajo en la querida sitcom El príncipe de Bel-Air y solo un año antes había triunfado en la gran pantalla con la cinta de acción Dos policías rebeldes.
En Independence Day Will Smith era el encargado de interpretar al capitán Steven Hiller, un piloto de combate de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos enviado con su escuadra aérea a enfrentarse a las naves y que se convierte en la pieza clave para acabar con la invasión.
Sin embargo, aunque ahora es imposible pensar en ningún otro que no sea Will Smith liderando el elenco de Independence Day, la realidad es que 20th Century Fox no estaba muy a favor de su fichaje en un primer momento, tal y como recordaron Roland Emmerich y el productor Dean Devlin en una entrevista con The Hollywood Reporter en 2021 con motivo del 25 aniversario de la película.
“El único personaje que tuvimos en mente desde el primer día fue Jeff Goldblum. Mientras trabajábamos en el guion, yo hacía mi imitación de Jeff Goldblum. Luego, basamos a su padre [Julius, interpretado por Judd Hirsch] en mi abuelo, que también se llamaba Julius”, recordaba Devlin sobre el proceso de casting. Para el personaje de Will Smith, barajaron otras opciones, pero rápido tuvieron claro que le querían a él, tal y como contaba Emmerich:
Ethan Hawke también estaba en nuestra lista, pero en ese momento pensé que era demasiado joven. Estaba bastante claro que tenían que ser Will Smith y Jeff Goldblum. Esa era la combinación que pensábamos. El estudio dijo: ‘No, no nos gusta Will Smith. No está probado. No funciona en los mercados internacionales’
La razón del estudio, según contó Devlin a continuación, era que pensaban que un actor negro iba a traducirse en una mala acogida en los mercados internacionales: “Dijeron: ‘Si elegís a un actor negro para este papel, os vais a cargar la taquilla internacional’. Nuestro argumento fue: ‘Bueno, la película trata sobre extraterrestres. Le va a ir muy bien en el extranjero’. Fue una gran guerra, y Roland realmente defendió a Smith, y al final ganamos esa guerra”, contó el productor.
Emmerich supo cómo amenazarles, puesto que Universal también había estado muy interesada en el guion: “Fue muy poco antes del rodaje y aún no habíamos cerrado el contrato con Will y Jeff. Me puse firme: ‘La gente de Universal me llama todos los días, así que denme a estos dos actores o me mudo allí’. No creo que hubiera sido una posibilidad [cambiar de estudio], pero era una gran amenaza”.
El resto, es historia. Will Smith se consagró no solo como estrella, sino como uno de los actores más carismáticos de los 90 y el estudio se embolsó una enorme cantidad de dinero.
A pesar del éxito de la película, la secuela no fue una realidad hasta 2016: de nuevo dirigida por Emmerich, Independence Day: Contraataque no contó con el regreso de Will Smith y fue una decepción de taquilla.