
La actriz ha recordado un momento en la preproducción de la famosa película de 1992 ‘Algunos hombres buenos’
Demi Moore y Tom Cruise son dos actores de la misma generación -ella tiene 62 años y el 63- que en los años 90 ya tenían el honor de estar entre las estrellas de Hollywood más cotizadas, pero en sus más de 40 años de carrera solo han tenido una oportunidad de trabajar juntos: ocurrió a principios de los años 90 en la película Algunos hombres buenos de Rob Reiner, estrenada a finales de 1992.
En ella, Tom Cruise encarnaba a Daniel Kaffee, un abogado miliar con poca experiencia en tribunales al que se le encomienda la defensa de dos soldados que han dado una paliza a un compañero. Por su parte, Demi Morre era la teniente comandante JoAnne Galloway, quien sospecha que un supuesto Código Rojo está detrás del crimen, algo que también comienza a sospechar el personaje de Cruise.
Treinta y tres años después de aquel único trabajo juntos, Demi Moore recordaba su experiencia frente a las cámaras junto a Tom Cruise en una sesión de preguntas y respuestas con Jia Tolentino durante en el Festival New Yorker este din de semana, tal y como ha recogido la revista People.
Según la actriz, estaba embarazada de casi ocho meses de su segundo hijo con Bruce Willis cuando comenzó a leer los diálogos de la película junto al director Rob Reiner y su coprotagonista Cruise durante la preproducción de la película y cree que eso le hizo sentir incómodo a su coprotagonista:
Creo que Tom se sintió bastante avergonzado. La verdad es que yo me sentía bien. Aunque me movía un poco, ¿no? Pero noté que él se sentía un poco incómodo
Según Moore, en ese momento no muchas de sus compañeras en Hollywood estaban teniendo hijos en ese momento, pero ella nunca sintió que tuviera que elegir entre sacar adelante su carrera y cumplir su deseo de ser madre, así que se limitó a compatibilizar ambas facetas de su vida lo mejor que pudo, pero sin apoyo real.
“Es una de las muchas cosas que, para mí, simplemente sentía que no tenían sentido. Así que lo cuestioné y dije: ‘¿Por qué no? ¿Por qué no puedes tener ambas cosas?’. Pero con eso, creo que vino mucha presión para, en cierto modo, demostrar que era posible”. No obstante, ahora también se da cuenta de que no tenía nada que demostrar: “Ahora recuerdo esa época y me pregunto: ‘¿En qué demonios estaba pensando?’. ¿Y qué intentaba demostrar? Pero no tenía tanto apoyo como hoy. Ya sabes, estar amamantando y luego bloqueando y ensayando una escena”.
Asimismo, también cree que llevó su físico al límite, algo que agradece que no tengan que vivir sus compañeras a la hora de recibir más apoyo en la industria a la hora de compaginar su vida profesional con la maternidad: “Iba a llevar uniforme militar, y probablemente lo anticipé demasiado y empecé a entrenar y a intentar ponerme en forma incluso antes de que naciera. Hice una caminata de dos horas y media el día que rompí aguas. Di un paseo en bicicleta de 38 kilómetros y luego estuve bailando en un club de reggae; por eso vino dos semanas y media antes”.