Protagonizada por Jeremy Allen White, la cinta cuenta la representación del proceso creativo de Bruce Springsteen detrás de su álbum Nebraska de 1982

Bruce Springsteen es uno de los grandes artistas del siglo XX y ya iba siendo hora de que tuviera su propio ‘biopic’, al igual que lo han tenido Bob Dylan con A Complete Unknown o Elton John en Rocketman. Sin embargo, no esperes ver una película enérgica y épica. Para su llegada a la pantalla grande Springsteen ha elegido su disco más íntimo: Nebraska.
Alejandro G. Calvo -gran fan de El Boss por otra parte- ha visto la película y, aunque valora la arriesgada apuesta de pasar por puntillas por el ‘Born in the U.S.A.’, cree que la cinta dirigida por Scott Cooper y protagonizada por Jeremy Allen White se queda a medio gas.
Scott Cooper es un director interesantísimo, aunque solo sea porque tiene uno de los mejores westerns del siglo XXI, Hostiles. Es un director del género ‘americana’, hace cine americano de raíz, con lo cual, hace alegatos históricos de dónde sale el corazón violento de América y eso se traduce en películas como Out of the furnace (2013) o Black Mass (2015). Su debut como director fue con Corazón Rebelde en 2009, que le dio un Oscar a su actor protagonista, Jeff Bridges, al interpretar a un cantante de música country destrozado tras años de alcohol y vida nómada.
Aquí escribe y dirige la película a través del libro de Warren Zanes de mismo nombre y explica la génesis de Nebraska y el proceso de depresión y ansiedad máxima que tenía Bruce Springsteen en ese momento.
El ‘anti-biopic’ de Bruce Springsteen
Es una película sobre la salud mental más que un biopic sobre el cantante. De hecho, el propio Bruce ha explicado que es un ‘anti-biopic’ de cómo se sentía cuando tenía 30 años. La cinta habla de cómo el artista vive un momento muy duro tras lanzar uno de los grandes álbumes de su carrera, The River. Él vuelca todo ese dolor en un disco increíble como es Nebraska. Ese disco habla sobre personajes al límite -trabajadores, asesinos…- gente que está a punto de dar un paso adelante y acabar con su vida. Te mete en un estado de ánimo muy concreto.
Que se haya hecho una película sobre la génesis de Nebraska me alucina, pero Cooper mezcla la salud mental y la elaboración del disco y ambas cosas no terminan de cuajar.
Si una de las cosas más chulas que hay de un biopic musical es ver al actor dar vida a un músico mientras está dando vida a una canción que luego ha adquirido categoría de mítica con los años… A mí me hubiera gustado ver más de eso en esta película, que al final me deja un poco descompensado. Me gusta mucho la apuesta de hacer una película sobre el Nebraska, pero igual eso era lo que luego no les ha permitido hacer una película completa. Creo que no lo han conseguido.