
‘Dunkerque’ es una película fantástica y una de las mejores obras de Christopher Nolan… Si no fuera porque, ya en su propio tráiler, la gente se dio cuenta de un error garrafal
Todo el mundo se preguntaba qué haría Christopher Nolan después de Interstellar. Al fin y al cabo, llevaba ya cuatro películas seguidas sin bajar de los 750 millones de dólares de recaudación en taquilla, todo un hito, y todos los ojos estaban puestos en él. Nolan, que podría perfectamente haber rodado una película de acción al uso, en su lugar filmó Dunkerque, una épica película de guerra para la que necesitó miles de extras, un reparto impresionante e incluso aviones y barcos de la época: aunque no superó los datos de sus anteriores cintas, sí se convirtió en la película más taquillera de la historia ambientada en la II Guerra Mundial. Casi nada.
No sonrían, ¡acción!
La idea original de Nolan fue improvisar la película al completo en el set de rodaje, sin guion de ningún tipo, pero su mujer, Emma Thomas, le convenció de que no lo hiciera. El director se dio cuenta de que necesitaba al menos una estructura y escribió 76 páginas de tratamiento, suficiente para poder rodar, e introdujo personajes con personalidad que fueran más allá de la mera calidad de testigos. Sí, Dunkerque, en la cabeza de Nolan, era muy distinto a lo que acabamos disfrutando.
Eso sí, hay una escena, que además apareció en el teaser trailer, que seguro que no es lo que Nolan tenía en mente: durante uno de los bombardeos, uno de los extras que aparece en pantalla, en lugar de mostrarse atemorizado, está… sonriendo. Por supuesto, cuando salió a la luz, las redes sociales empezaron a señalar el plano y reírse de él, a sabiendas perfectamente de que no iba a afectar ni a la calidad ni a los resultados de la película.
Warner, eso sí, tuvo la cabeza suficiente como para no promocionarlo como una película de guerra, sino como el evento del verano que nadie se podía perder, incidiendo en que había que verla en un cine lo más grande posible. ¿El resultado? El veinte por ciento de su público acabó siendo gente que normalmente no iba al cine. O lo que en Hollywood se viene considerando como un bombazo.