El intérprete coincidió con el ganador del Oscar en ‘Manolete’. “Me empujaba para que no estuviera dentro del cuadro”, ha recordado sobre la experiencia.
Conocer a los ídolos es algo que puede acabar muy mal o muy bien. No hay apenas término medio. A los actores también les pasa. A Pedro Casablanc, en concreto, le ocurrió con Adrien Brody. El intérprete español coincidió con el ganador del Oscar en Manolete (2007), el ‘biopic’ del famoso torero que dirigió Menno Meyjes, y su experiencia le recordó por qué no hay que conocer a los ídolos.
“Admiraba mucho a Brody después de El pianista, que es lo último que había hecho. En cuanto trabajé con él se cayeron todos… Se me cayó la admiración. Se me fue al garete“, contó Casablanc en el podcast Eh Universo el pasado mes de septiembre. “Teníamos un plano muy corto, que estábamos los dos dentro del cuadro, y me empujaba para que no estuviera dentro del cuadro. Fíjate hasta qué punto se puede ser miserable”, añade. “Me empujaba. Me empujaba literalmente para que no estuviera dentro del cuadro”.
Un fracaso de crítica y público
Iberoamericana Films Producción / Future Films / Manolete Productions
Manolete, además de contar la visa del torero, también se centró en la historia de amor con Lupe Sino, a quien dio vida Penélope Cruz. Juan Echanove y Santiago Segura participaron en el filme, que no triunfó ni entre el público y la crítica. En España se estrenó en cines en el año 2012 y recaudó 147.958,23 euros.
Este proyecto llegó a la vida de Brody después de que ganara el Oscar en 2003 por El pianista (2002), dirigida por Roman Polanski -el director huyó de Estados Unidos en 1978 tras declararse culpable de mantener relaciones sexuales ilícitas con una menor. Vive desde entonces en Europa-.
Casablanc reconoce que, pese a la mala experiencia con Brody, le llevó el DVD de El panista para que se lo firmara. “Cuando se lo llevé, entonces ya sí halagos, me lo firmó porque decía: ‘Bueno, sigo teniendo fans“, concluye.
Los Oscar de Adrien Brody
Brookstreet Pictures / Kaplan Morrison
El pianista fue el primer Oscar de Brody. En 2025 llegó el segundo con The Brutalist (2024), el drama dirigido por Brady Corbet sobre László Tóth, un célebre y pionero visionario del estilo Bauhaus que llega a Estados Unidos en 1947 y malvive hasta que un millonario le contrata para llevar a cabo una obra gigantesca.