“No creo que cortar las conversaciones artísticas sea una buena manera de ayudar”, ha dicho el cineasta
Ucrania ha criticado la aparición de Woody Allen en la Semana Internacional de Cine de Moscú describiéndola como “una desgracia y un insulto“. El cineasta, que participó el pasado domingo en el evento a través de videoconferencia, ha respondido a la reacción de Kiev, capital del país que Rusia invade desde hace tres años y medio.
“En lo que respecta al conflicto en Ucrania, creo firmemente que Vladimir Putin está totalmente equivocado. La guerra que ha provocado es atroz. Pero, independientemente de lo que hayan hecho los políticos, no creo que cortar las conversaciones artísticas sea una buena manera de ayudar”, ha dicho Allen en The Guardian.
El director participó en un evento presentado por el cineasta Fiódor Bondarchuk, un aliado del presidente Vladimir Putin -es miembro del Consejo Supremo de Rusia Unida, el partido de Putin- y el hombre detrás de las cámaras de filmes patrióticos como Estalingrado (2013) y Attraction (2017).
En un comunidado publicado en redes sociales, el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania ha publicado: “La participación de Woody Allen en la Semana Internacional de Cine de Moscú es una desgracia y un insulto al sacrificio de los actores y cineastas ucranianos que han sido asesinados o heridos por criminales de guerra rusos en su actual guerra contra Ucrania“.

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Continúa: “Al participar en un festival que reúne a los partidarios y voces de Putin, Allen decide ignorar las atrocidades que Rusia comete en Ucrania a diario desde hace 11 años. La cultura nunca debe utilizarse para encubrir crímenes ni como herramienta de propaganda. Condenamos enérgicamente la decisión de Woody Allen de bendecir el sangriento festival de Moscú con su discurso”.
De acuerdo a medios rusos, Allen ha declarado que no tiene planes de hacer una película en Rusia, pero que solo tiene “buenos sentimientos para Moscú y San Petersburgo”. El cineasta también señaló que admira el cine ruso y mencionó la oscarizada adaptación de Guerra y Paz dirigida por Serguéi Bondarchuk, padre de Fiódor.
Los últimos años de la carrera de Woody Allen

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En 2024, Allen sugirió que quizás se retiraba del cine afirmando: “todo el romance de hacer cine ha desaparecido”.
Allen fue acusado de abusar sexualmente de su hija adoptiva, Dylan Farrow, cuando esta solo tenía siete años, en 1992. Cuando la acusación se hizo, la investigación concluyó que no había tenido lugar ningún abuso. En 2018, la acusación volvió a protagonizar titulares como consecuencia del surgimiento del movimiento #MeToo tras el escándalo de Harvey Weinstien.
Desde entonces, Allen, que solía estrenar una película por año, hizo Día de lluvia en Nueva York (2018) -algunos de sus actores como Timothée Chalamet donaron su sueldo a la organización Time’s Up-, Rifkin’s Festival (2020) y Golpe de suerte (2023).