La actriz estaba muy interesada en sacar adelante una película, pero los estudios pasaron de ella: luego el veterano cineasta tomó las riendas y acabó siendo una de las mejores de su carrera
Dos veces nominada al Oscar y ganadora en una ocasión por The Blind Side: Un sueño posible, Sandra Bullock es una de las actrices de Hollywood más populares y carismáticas, pero especialmente más talentosas. A lo largo de su trayectoria, que comenzó a mediados de los años 80, la intérprete ha participado en películas tan celebradas como Gravity, Speed, Prácticamente magia o Crash, entre un largo etcétera, pero, como todos en esta industria, también ha tenido que lidiar con la decepción y la frustración.
Uno de los momentos más frustrantes se produjo hace ahora más de dos décadas, en los primeros 2000, cuando intentó sacar adelante un proyecto que le interesaba mucho y no logró convencer a los estudios de que lo financiaran. Un guion de Paul Haggis basado en el libro Rope Burns: Stories from the Corner de F.X. Toole, Sin embargo, cuando Clint Eastwood se interesó por dirigirlo, la cosa cambió.
El cineasta tuvo algunos problemas para conseguir la financiación necesaria, pero pudo sacar la película adelante. ¿El problema? Que su protagonista no sería Sandra Bullock, sino Hilary Swank, que acabó ganando el Oscar a Mejor actriz por su papel.
La película era Million Dollar Baby, una de las mejores de la carrera de Clint Eastwood, y con ella el veterano cineasta ganó por segunda vez el Oscar a Mejor película y Mejor director.
Sin embargo, para Bullock, Million Dollar Baby fue un sueño arruinado y, tal y como reconocería la propia actriz, pensó mucho sobre cuál había sido el problema. Durante una entrevista con The Times, Bullock explicó que estuvo trabajando arduamente para que la película se hiciera realidad con ella en el papel principal, pero ningún estudio estaba interesado en financiar el proyecto.
Al principio, Bullock pensó que era por la temática: “No sé si no les interesaban las boxeadoras o si simplemente no les interesaba que yo interpretara a una”. Sin embargo, como se desenvolvieron los acontecimientos después le hizo preguntarse si la cuestión es que no la querían a ella interpretando a esta boxeadora y que su género tuvo algo que ver con la diferencia de comportamiento de los estudios.
“No estoy segura de si fue sexismo. Simplemente seguí adelante. Tuve anteojeras puestas durante la mayor parte de mi carrera”, explicó Bullock a The Times. “Fue mucho más tarde cuando me di cuenta: ¡Dios mío, me tratan así por ser mujer!”.