‘Collateral’ es una de las películas más especiales de Tom Cruise, en parte por un truco que utilizó antes de rodar
Tom Cruise es, quizá, la persona más reconocible del mundo, junto con Brad Pitt y Leonardo DiCaprio. Todo el mundo sabe quién es, ha visto alguna Misión Imposible, conoce su historia en el sofá de Oprah o, simplemente, ha disfrutado viéndole pilotar un avión en Top Gun: Maverick. Sin embargo, en 2004, recién salido de éxitos como El último samurai o Minority Report, quería saber si podría ser un fantasma, un desconocido absoluto. Por eso decidió arriesgarse a dar un paso inédito: sería el villano de una película, con el pelo blanco y la actitud de un asesino profesional. Así nació Vincent, su personaje en Collateral.
Sin daños colaterales
Originalmente, la película iba a ser muy distinta a la que acabamos viendo, porque en lugar de Michael Mann, en la dirección estaba Fernando Meirelles, que la veía como una comedia al estilo ¡Jo, qué noche!, con Russell Crowe como protagonista. Sin embargo, al final quien se llevó el gato al agua fue Cruise, que se preparó su personaje de dos maneras distintas. La primera, viendo películas como El silencio de un hombre, con Alain Delon, que le dio una idea de cómo interpretar a alguien tan opuesto al resto de los papeles que había hecho.
La segunda, demostrando que podía pasar totalmente desapercibido, al igual que su personaje en Collateral. Para ello, Mann le propuso que fuera a repartir paquetes como si fuera un repartidor cualquiera (de UPS, en este caso), tan solo ataviado con una gorra, unas gafas de sol y una peluca. No solo lo consiguió, sino que acabó tomando café con un desconocido sin que en ningún momento le dijera nada sobre Misión Imposible.
Aunque la película no le valió a Cruise una ansiada nominación al Óscar, quien sí lo logró fue Jamie Foxx, que perdió contra Morgan Freeman por Million Dollar Baby… ¡Pero ganó por Ray! Estaba nominado dos veces el mismo año, y sonó la flauta. ¡Y sin verse obligado a repartir paquetes de UPS!