Hace 16 años, Quentin Tarantino creó uno de los personajes más memorables de su filmografía
De la pluma de Quentin Tarantino han salido grandes villanos, pero hay uno que se lleva la palma. Desde hace 16 años, cuando debutó en la gran pantalla, nadie ha podido olvidarse de su gélida sonrisa, su sádica amabilidad y su obsesión por comer el strudel con crema. Hace más de una década, Hans Landa, el antagonista de Malditos bastardos (2009) protagonizó una de las secuencias iniciales más brillantes del cine y el actor que lo interpreta, Christoph Waltz, se llevó un Oscar.
Hans Landa dejó una huella imborrable en el público y es, sin duda, el gran personaje de Malditos bastardos. El filme, protagonizado por Brad Pitt y Mélanie Laurent, se ambienta durante la Segunda Guerra Mundial y sigue a un grupo de soldados judíos con la misión de matar a Hitler. Hans Landa es un coronel de las SS muy astuto y cruel y Waltz lo interpretó con gran maestría. Tanto que consiguió su primera nominación al Oscar a Mejor actor de reparto.
Waltz se llevó la estatuilla de los premios de la Academia de Cine de Hollywood de 2010. Compitió en la misma categoría contra Matt Damon por Invictus (2009), Woody Harrelson por El mensajero (2009), Christopher Plummer por La última estación (2009) y Stanley Tucci por The Lovely Bones (2009). Tres años después de su primera victoria, en 2013, Waltz volvió a ser nominado y a ganar el Oscar a Mejor actor de reparto por otra película de Tarantino: Django desencadenado (2012).
“El mejor personaje que he escrito”

Universal Pictures
Pese a contar con Pitt en un papel protagonista, Waltz es tan carismático como Hans Landa que le roba toda la atención. El papel del villano es algo inesperado, pues el enfoque es el opuesto al que se espera de un antagonista nazi: en lugar de hacerlo gritar, lo convirtió en un hombre amable, servicial, inteligente y cortés. “Landa es el mejor personaje que he escrito y puede que el mejor que escriba jamás”, dijo Tarantino en el Festival de cine de Jerusalén en 2016.
El cineasta se inspiró en un Alois Brunner para crear a Landa. Brunner fue un capitán de las SS que jugó un papel importante en la implementación del Holocausto capturando y deportando judíos de diferentes países. Fue la mano derecha de Adolf Eichmann, el arquitecto de la solución final -nombre del plan utilizado en el Tercer Reich para llevar a cabo el genocidio de la población judía durante la Segunda Guerra Mundial-.
Originalmente, Tarantino quería que fuera Leonardo DiCaprio el que interpretara a Hans Landa, pero luego decidió que lo mejor era tener a un actor alemán para el papel. Así llegó hasta Waltz. El resto es historia.