Los contratos de los actores importantes en el cine suelen incluir muchas condiciones y demandas además del salario, y en ocasiones algunas exigencias de lo más peculiares. De repente podemos toparnos con estrellas de acción que no pierden nunca una pelea, y se puede empezar a entender si es algo que exigen como condición ineludible.
Pero ante este modelo sale alguien a menudo que se resiste y hasta plantea un ejemplo que va en una dirección radicalmente distinta. Aprovecha su posición para mandar otro tipo de mensaje al público a través de sus películas. Es el caso de uno de los actores más prolíficos y demandados cuando hay que incluir personajes mexicanos: Danny Trejo.
Una declaración de intenciones
El actor californiano ha tenido una larguísima trayectoria siendo tanto protagonista de película de acción de escala modesta como secundario en todo tipo de producciones. Por su intimidante presencia, también le han usado mucho para interpretar a criminales peligrosos, miembros de carteles o presidiarios que dan escalofríos cuando te lo topas cara a cara.
Trejo no ha esquivado precisamente este tipo de casting que bordea el estereotipo, pero en cierto punto decidió aprovecharlo para lo que consideraba hacer el bien. Mientras algunas estrellas demandan no recibir un puñetazo en una película, el interprete latino reclama todo lo contrario: morir siempre.
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En sus redes sociales llegó a confirmar este modelo que sigue aplicando a día de hoy. Si una película o serie le escoge para interpretar a un criminal, este debe morir en algún momento para que el público tenga claro que el crimen siempre se paga, que nadie sale indemne de cometer fechorías. Hacer el mal no sale gratis, salvo claro si pretendes hacerlo como hace Trejo.
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