Draco Malfoy es un villano que da gusto odiar, pero apenas nos da tiempo a hacerlo
Antes de hacer el casting, Tom Felton no tenía ni la más mínima idea de lo que era Harry Potter. No se había leído ni uno solo de los libros, pero quería probar suerte: primero como el protagonista, Potter. Después, como Ron Weasley. Y al final, por qué no, como el villano de turno, Draco Malfoy, un papel de villano que le pareció tan divertido interpretar que volvió a hacerlo, años después, en el teatro, durante las funciones de Harry Potter y el legado maldito. A eso se le llama cogerle apego a la varita.
¡Petrificus totalus!
Felton estuvo a punto de convertirse en una estrella adolescente desgraciada, de esas que llenan los “¿Qué fue de?” unos años después. Y es que empezó a gastarse el dinero de las películas de manera irresponsabile y a toda velocidad, especialmente en coches. Un coche tras otro, hasta que, finalmente, le tuvieron que llamar la atención. Desde entonces, volvió a comportarse como una persona normal. Para ser un actor al menos.
¡No en vano ganó 17 millones de dólares por hacer de Draco Malfoy a lo largo de ocho películas! Aproximadamente medio millón por minuto que aparece en pantalla: sí, aunque sea un personaje muy querido y respetado por los fans, todo lo que sale en las películas de Harry Potter son 31 minutos y 45 segundos. Esto es menos incluso que Hagrid, que le supera en 14 minutos, o Voldemort, que lo hace en 5 minutos y medio.
Felton ha podido sobrevivir a Harry Potter, no solo como actor (aunque probablemente nunca tenga una fama como esta) sino también como músico: tiene incluso un disco en el mercado y en las convenciones (a las que, por supuesto, es invitado constantemente) siempre aprovecha para sacar la guitarra y hacerse unos temillas. Por lo que dicen, parece que alguien le ha, bueno, hechizado.